Alberto Fernández no cree que sea necesaria una transición presidencial como planteó Mauricio Macri en su único encuentro en Balcarce 50: piensa que eso no le agregará demasiado a los planes de gobierno que ya empezó a diagramar desde las oficinas de Puerto Madero y busca diferenciarse aun más del actual gobierno.
Hay más. Después de la reunión que mantuvo con Cristina Kirchner en el departamento de Recoleta, el presidente electo se terminó de convencer de que el traspaso de mando presidencial se realice en el Congreso y no en la Casa Rosada como tradicionalmente se hizo en la historia reciente de la Argentina con Raúl Alfonsín, Carlos Menem y Fernando de la Rúa.
En aquel momento desde el Parlamento se hizo la jura y al mismo tiempo la entrega del bastón presidencial. Esto mismo quiere repetir Alberto Fernández, aunque en el gobierno el secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis, ya tenía todo previsto para que la entrega del bastón y la banda se haga en el Salón Blanco de la Casa Rosada.
Todo esto forma parte de un nuevo debate entre el macrismo y el kirchnerismo que ya se vio cuando asumió Macri y Cristina Kirchner no le quiso entregar el bastón presidencial en mano.
El mismo debate se da con la transición. Fernández rechaza de plano una transición atada a los tiempos y decisiones de Macri. Ayer se lo confirmó a unos pocos colaboradores al sostener que cualquier decisión que tomen con Macri podrían comprometerlo con medidas de último momento del actual gobierno.
“No vemos cuáles serían los réditos concretos de una transción como la que plantea Macri. No resolverá mucho más de lo que ya se sabe de la situación desastrosa de la economía de la Argentina”, reveló ayer a Infobae un allegado a Fernández que en estas horas mantiene intensas reuniones en Puerto Madero.