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22 años se cumplirán donde un grupo de cubanos llegaron a Estados Unidos por medio de un camión modificado.

El 16 de Julio del 2003 , un grupo de 12 personas emprendieron el viaje desde Cuba hasta Cayo Hueso, en Florida, Estados Unidos, en un camión Chevrolet 3800 de 1951, modificado con tambos de 200 litros a su alrededor y una hélice conectada a la barra cardan a un lento pero seguro paso de 20 kph, en ese entonces lograron su objetivo.

Miles de cubanos trataron de abandonar la isla desde los años 60 por razones políticas o económicas, enganchados a un neumático o apiñados en una embarcación precaria, o transformando un viejo Chevrolet del 51 en un catamarán artesanal.

Así es que desde que triunfó la revolución en 1959, se registraron en la isla tras grandes oleadas migratorias, las cuales provocaron la salida del país de 1.700.000 habitantes, lo que representa el 15% de la población.

El primer éxodo (1959-1962) fue considerado el de la élite. Ejecutivos y propietarios de firmas, grandes comerciantes, ganaderos y representantes de empresas extranjeras y profesionales fueron cuando la revolución sacudió el viejo orden social con medidas como la nacionalización de la industria norteamericana y las leyes de reforma agraria, así como el rompimiento de relaciones diplomáticas y comerciales con Estados Unidos.

La segunda ola migratoria (1965-1974) estuvo protagonizada por la pequeña burguesía cubana. Empezó con cientos de embarcaciones que partieron rumbo a Miami, hasta que Washington y el gobierno cubano negociaron la salida de los cubanos a través de un puente aéreo, cuyos llamados “Vuelos de la libertad” estuvieron transportando cubanos diariamente hasta 1974.

La tercera oportunidad en la que se registró una fuerte salida de residentes fue en 1980, cuando los exiliados regresaron para “rescatar” a sus familias, llevando a unos 125.000 cubanos a Estados Unidos desde la bahía del Mariel. Muchos lo consiguieron aunque también tuvieron que traer a otras personas que los funcionarios cubanos pusieron en sus embarcaciones. Estos incluyeron a quienes Fidel Castro calificó de “escorias”: presos (presos políticos o verdaderos criminales), enfermos mentales y homosexuales.

Y la última oleada se desencadenó a fines de los 80 y continúa en la actualidad: es la de los balseros. cuando el comunismo se desplomó en Europa oriental y en la Unión Soviética, dos puntales enormes para la revolución, los cubanos estaban tan desesperados que se iban en balsas, arriesgándose a morir de hambre o de deshidratación, a ahogarse o que se los comieran los tiburones.

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